Te adelantas como los almendros

Una de las consecuencias de ser almendro y cumplir con tu destino, es intentar adelantarte al tiempo para conseguir algo de ventaja a la hora de seguir creciendo.
Por este motivo, en el momento en el que las condiciones se vuelven adversas, la vulnerabilidad de las delicadas flores del almendro se pone de manifiesto y sufren el rigor del final del invierno.
Normalmente las heladas son calladas y silenciosas, y congelan bajo su manto las flores, impidiendo su fructificación. En otros casos, y más en Valladolid donde son excepcionales, son las nevadas las que consiguen su objetivo.
El hielo rodea los brotes del almendro y congela, hasta la próxima primavera, las esperanzas de recoger almendrucos a finales del verano.

Tormenta en Tierra de Campos

En la llanura septentrional de la provincia de Valladolid, en plena Tierra de Campos, descarga la tormenta.
Desde el término de Ceinos de Campos, la planicie aparece aplastada bajo el peso de las nubes.

Nieve en Riaño

Las nevadas de las últimas semanas han cubierto de blanco las montañas del norte de León.
El embalse de Riaño y sus alrededores presentan un aspecto espectacular.

Urueña

En el extremo occidental de la provincia de Valladolid se encuentra enclavada la villa de Urueña, conjunto histórico-artístico desde 1975, y desde 2007 una de las pocas localidades mundiales declaradas como Villa del Libro.
Pero no es hoy su historia ni su patrimonio lo que nos atraen, si no su paisaje, el mirador que sobre el valle del Sequillo se abre hacia el noroeste y que sucesivamente lleva nuestra vista por las vegas del Valderaduey, el Cea y el Esla hasta hacerla llegar a las montañas del norte de Léon.
Este balcón de los Montes Torozos es un enclave excepcional desde el que divisar la inmensidad de la llanura castellana, aprovechando los días de buena visibilidad.